La historia de María de los Ángeles “Marita” Verón se convirtió en un emblema de la lucha contra la trata de personas en Argentina. Su madre, Susana Trimarco, no descansó en su búsqueda, enfrentando mafias, amenazas y un sistema judicial que puso trabas en su camino. A 23 años de su desaparición, su lucha sigue vigente.
Días después, una pista clave reveló que Marita había sido secuestrada por una red de trata vinculada a la remisería Cinco Estrellas, propiedad de la familia Alé. Desde ese momento, Trimarco inició una incansable investigación que la llevó a infiltrarse en burdeles y redes de prostitución en busca de su hija.
A lo largo de los años, Susana Trimarco recopiló testimonios de mujeres rescatadas que aseguraban haber visto a Marita en prostíbulos de La Rioja, Córdoba y hasta en España. Enfrentó amenazas de proxenetas, desafíos judiciales y una investigación que avanzaba a paso lento. “El dolor me hizo perder el miedo”, declaró en varias oportunidades.
Su compromiso la llevó a fundar la Fundación Marita Verón, dedicada a la lucha contra la trata y el rescate de víctimas. Además, su accionar fue clave para la sanción de la Ley de Trata en Argentina.
En 2012, trece imputados fueron llevados a juicio por el secuestro de Marita, pero el fallo inicial absolvió a todos. La indignación fue tal que la Corte Suprema provincial revocó la decisión y en 2013 condenó a diez personas, con penas de hasta 22 años de prisión. Sin embargo, los principales sospechosos, los hermanos Ale, nunca fueron imputados.