“El retorno se dio de manera focalizada y cuidada con las mismas características con las que estaba funcionando en la primera etapa del año, con burbujas, aislamiento, salones ventilados y medidas de control en el ingreso y el egreso”, informó la subsecretaria de Niñez y Adolescencia, Laura Bigatti.
Luego de 6 semanas con las escuelas cerradas, este lunes volvieron a las aulas los alumnos y las alumnas de todos los niveles del sistema educativo.
“Es una gran alegría para todos que la situación sanitaria nos permita reabrir las escuelas y poder retomar las clases presenciales”, expresó la subsecretaria de Niñez y Adolescencia, Laura Bigatti.
La funcionaria explicó que en el período de dos semanas que resta hasta el comienzo de las vacaciones de invierno, trabajarán con el sistema de burbujas, con una semana de asistencia presencial y otra de trabajo virtual.
En cuanto a las condiciones en las que se desarrolla la tarea educativa en esta etapa de bajas temperaturas, Laura Bigatti destacó que todos los establecimientos educativos municipales cuentan con calefacción: “En cada edificio tenemos las condiciones adecuadas para que los niños y niñas estén en las mejores condiciones. Por supuesto que, de acuerdo a los protocolos, se mantendrán las ventanas abiertas para asegurar la circulación de aire pero no es nada que un poco de abrigo no pueda solucionar”.
En el caso del Jardín de Infantes y Maternal “Clarisa Amézaga” que se encuentra en estos momentos en obra de ampliación, el trabajo se trasladó a la sede vecinal del barrio Iporá donde no hay servicio de gas natural por lo que se utilizan radiadores eléctricos para calefaccionar el lugar. Al respecto, señaló que igualmente los niños están en las condiciones adecuadas “lo que podría hacer que estén un poco menos calentitos que en los otros lugares, pero igualmente están en buenas condiciones porque el personal docente y auxiliar hizo una tarea excelente acondicionando el espacio y lograron transformarlo en un lugar cómodo y seguro”.
En ese sentido, informó que se espera la llegada de más medidores de dióxido de carbono para instalar, lo que permitirá evaluar la calidad del aire dentro de las aulas.