En el corazón de una manifestación estudiantil masiva por la educación pública, el rector de la Universidad Nacional del Oeste (UNO), Roberto Gallo, reveló preocupantes detalles financieros de la institución y las medidas adoptadas para mantenerla a flote. Su discurso, grave pero determinado, resonó como un llamado a la acción colectiva en defensa de la educación pública.
La UNO, con sede en Merlo, ha abierto este año nueve nuevas carreras, incluyendo Abogacía, Contador Público, Criminalística e Ingeniería Ambiental. Sin embargo, la apertura de estas carreras ha llevado a una situación difícil, donde docentes sin nombramiento están impartiendo clases ad honorem debido a la falta de presupuesto.
Gallo explicó que la universidad se encuentra en una situación donde, de cada 10 pesos que ingresan, 9,4 se destinan al pago de salarios del personal. Esta situación ha llevado a una especie de “ingeniería” para poder brindar el servicio educativo sin dejar a los estudiantes fuera de la universidad.
“Tenemos muchísimos docentes de este primer año que están dando clases este año ad honorem, esa es la verdad, con la promesa de que en algún momento se solucione el tema presupuestario y podamos formalizar su contratación y darle la renta que corresponde por el trabajo que realizan”, afirmó Gallo.
La situación se agrava con la contradicción entre el reconocimiento de la educación como un servicio esencial y los recortes presupuestarios que enfrenta la UNO. Gallo señaló que este recorte va en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/23, que considera la educación como un servicio esencial.