El único sospechoso que se encontraba detenido acusado del crimen a balazos de un hombre de nacionalidad boliviana que realizaba tareas sociales en un barrio de la localidad bonaerense de González Catán, fue liberado en las últimas horas debido a que no pudo ser reconocido por el hijo de la víctima, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata de Jonathan Tapia Guzmán, quien había sido capturado el viernes pasado por efectivos policiales en la localidad bonaerense de Villa Fiorito, en lqa zona sur del conurbano, en el marco de la causa que investiga el homicidio de René Mendoza Parra, de setenta y ocho años, que era un referente social que asiduamente denunciaba la venta de drogas y delitos en la zona.
Según los informantes, Guzmán no pudo ser reconocido en rueda de reconocimiento de presos por el hijo de la víctima, que estaba al momento del hecho.
La acción fue llevada adelante por el fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza, que también está a cargo de la investigación.
“Volvimos a cero porque no hay detenidos por el crimen de mi padre”, expresó hoy el hijo de la víctima, también llamado René Mendoza.
“Vamos a seguir reclamando justicia por mi papá. Seguiremos buscando pruebas y colaborando con la justicia para llegar a los asesinos. A mi papá lo mataron porque luchaba contra la droga en el barrio”, agregó el joven.
Voceros judiciales dijeron que el fiscal Medone ordenó otras acciones investigativas para tratar de identificar a otros sospechosos.
El hecho ocurrió en la noche del pasado domingo siete de noviembre en una casa situada en las calles Buenos Aires y Tarija, del barrio San Cayetano, de González Catán, en el partido de La Matanza, donde residía la víctima.
En esas circunstancias, dos hombres llamaron a la puerta y, cuando Mendoza Parra abrió, fue atacado a balazos y resultó herido con tres de los catorce proyectiles que le dispararon, dijeron los voceros.
La víctima cayó al piso y murió poco después, mientras que uno de sus hijos, que estaba junto a él y que fue protegido por su padre para que no lo balearan, resultó ileso, agregaron las fuentes.
Horas antes de ser asesinado, el hombre, que era presidente de la junta vecinal, había participado de una reunión con los vecinos de los barrios Fátima y San Cayetano para hablar del tema de inseguridad en la zona y de la preocupación por la venta de drogas.