En septiembre de 2019, Alberto Juárez, un changarín, fue asesinado en la intersección de Ushuaia y Almería, en Isidro Casanova. Al menos tres agresores lo atacaron cuando llegaba a su hogar para robarle la mochila.
Intentaron quitársela a golpes. Juárez se resistió. Entonces, uno de los atacantes tomó un cuchillo de carnicero y le atravesó el cuello. Los delincuentes escaparon. Juárez fue trasladado a un hospital cercano, pero murió por la grave herida que sufrió. Todo, por una mochila. Sin embargo, un vecino logró reconocer al presunto asesino. Era Leandro Llanos, alias “El Yayi”, con un prontuario previo de ladrón.
Así, “El Yayi” pasó cinco años prófugo. Esta semana, una brigada de detectives de elite de la División Homicidios de la Policía Federal -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- lo capturó en la esquina de La Plata y Venezuela, CABA, con una causa a cargo de la UFI de Homicidios de La Matanza y el juez de garantías Agustín Pablo Gossn.
En julio pasado, “Yayi” cometió un error que alertó a los investigadores: renovó su DNI. Así, volvió a encenderse la causa para encontrarlo.
Llanos dio como dirección en su trámite un domicilio en la calle Teniente General Perón al 2800. La dirección es un refugio para personas en situación de calle. Allí, efectivamente, solía pasar las noches el prófugo junto a su novia. Los echaron del lugar luego de repetidas peleas, aseguran fuentes del caso.
Así, comenzaron tareas de calle. La novia parecía una buena pista. La PFA encontró a la mujer en la esquina de La Plata y Venezuela. Lejos de huir, le aseguró a los detectives que “Yayi” le había dado una golpiza poco antes, en medio de una situación de violencia de género. Les entregó a los investigadores una foto actualizada del prófugo, así como su número de teléfono.
El área de Cibercrimen de la Federal logró una geolocalización del aparato a través de un análisis de impacto de celdas. Lo encontraron poco después, precisamente, en La Plata y Venezuela. El acusado, lejos de entregarse, forcejeó con la Federal hasta que lograron reducirlo y trasladarlo a una celda en la dependencia de la PFA en la calle Madariaga, Villa Lugano, a la espera de su indagatoria.
La semana pasada, la División Homicidios logró una captura resonante cuando detuvo a Sebastián Leiva, alias “El Chipo”, acusado de matar en Lanús al programador ucraniano Eugenio Sipatov. Poco después del hecho cayeron dos de sus presuntos cómplices en el ataque: ambos son menores de edad, lo que llevó a que el expediente sea investigado por la UFI N°6 de Menores de Lomas de Zamora a cargo de Mariano Bonilla.
Los detectives encontraron en la esquina de Amancio Alcorta y Vélez Sarsfield. Varios de sus compadres intentaron defenderlo mientras lo esposaban. Sipatov estaba a punto de ser padre cuando lo mataron: su pareja, Vlada, dio a luz a un bebé días después.